Rutina de limpieza perfecta para piel mixta
¿Tienes la sensación de tener dos tipos de piel distintos en el rostro? Si una zona tiene brillos y a veces presenta imperfecciones y poros dilatados, mientras que la otra no tiene brillos ni problemas cutáneos, es probable que tengas la piel mixta. Puede parecer complicado, pero la piel mixta es en realidad uno de los tipos de piel más comunes. Existen muchos productos diseñados específicamente para la piel mixta, lo que debería facilitarte la tarea de elaborar una rutina de cuidado de la piel y cuidarla. Aquí tienes nuestros consejos para cuidar la piel mixta.
Paso n.º 1: Comprueba si tienes la piel mixta haciendo la prueba del papel secante
Si no estás completamente segura de tener la piel mixta, puedes averiguarlo haciendo una sencilla prueba con papel secante. Pásate suavemente varias hojas de papel secante por la frente, las mejillas y la nariz, y luego comprueba si quedan residuos grasos en el papel. Muchos restos de grasa indican que tienes glándulas sebáceas demasiado activas en esa zona del rostro. Si queda una pequeña cantidad de grasa en el papel secante, significa que tu piel está equilibrada y probablemente tengas una pequeña cantidad de grasa en la piel. Si el papel secante está completamente seco, significa que tienes la piel seca. Anota mentalmente dónde empieza y acaba cada zona. Si la cantidad de restos de grasa es diferente en cada zona de tu rostro, es probable que tengas la piel mixta.
Paso n.º 2: Elige el limpiador adecuado para ti
Para quienes tenemos la piel mixta es muy importante regular la producción de sebo y grasa en toda la zona T. Comprueba dos veces los productos que tienes para asegurarte de que sean “no comedogénicos”, lo que significa que no obstruirán tus poros. Evita los productos demasiado emolientes (es decir, cremosos) o grasos, ya que pueden obstruir los poros. Al mismo tiempo, no querrás utilizar productos que puedan aumentar la producción de grasa o resecar aún más tus zonas secas. Conviene evitar el alcohol y las fragancias, que pueden resecar la piel y activar aún más la producción de grasa.
Los mejores limpiadores para piel mixta son los que eliminan la acumulación y la suciedad, pero no alteran el equilibrio de los aceites naturales de tu piel. Prueba un limpiador para piel mixta o un limpiador suave formulado para todo tipo de piel, como Garnier The Gentle Sulfate-Free Cleanser. Recomendamos un limpiador como Clean+ Balancing Daily Exfoliator de Garnier SkinActive, formulado con toronja y granada para ayudar a suavizar y limpiar tu piel. También está formulado con ácido salicílico, que elimina suavemente las células muertas de la superficie de la piel y la exfolia para darle un aspecto fresco.
El tónico puede ser útil para regular la grasa y equilibrar el PH en la piel mixta. Si tu zona T es grasa, no utilices un tónico con alcohol para secarla. Eso solo hará que tu piel produzca más grasa, que no es lo que quieres. Utiliza un tónico equilibrante que no interfiera con el PH de tu piel, sino que la refresque y la restaure. Puesto que tienes las mejillas secas, evita usar tónico en estas zonas resecas.
Paso n.º 3: Encuentra un humectante hidratante sin aceite
A continuación, utiliza un humectante hidratante sin aceite para brindar a tus zonas secas la hidratación necesaria, y a la vez regular la producción de grasa en la zona T.
Paso n.º 4: Exfolia al menos una vez a la semana
Las células muertas mezcladas con la grasa de los poros de la piel son un caldo de cultivo para las manchas. Eliminar regularmente las células muertas de la superficie de la piel hará que ésta no se congestione. Utiliza un exfoliante suave formulado con enzimas de frutas para ayudar a reafirmar la piel.
Paso n.º 5: Utiliza antioxidantes
El retinol (una forma de vitamina A) es un gran antioxidante para combatir la zona T grasa. Búscalo en sérum para utilizarlo antes de aplicar un humectante ligero y no comedogénico.
Paso n.º 6: No te toques el rostro
Aunque es tentador tocarse el rostro de vez en cuando para asegurarte de que no está grasiento, ¡no lo hagas! Tus dedos están llenos de grasa y/o sucios, y tocarte la piel aumenta la probabilidad de transferir bacterias a tu rostro. Además, no te escarbes ni intentes desobstruir los poros con las manos bajo ningún concepto.