Una rutina avanzada de cuidado de la piel incorpora tratamientos específicos a la rutina básica:
1. Tónico: Tras la limpieza, aplica un tónico para suavizar, calmar y preparar la piel para los siguientes pasos. Elige tónicos sin alcohol si tienes la piel sensible o propensa a las arrugas. Los tónicos especializados pueden tratar problemas como el acné o el envejecimiento.
2. Sérums y tratamientos específicos: Después de exfoliar y antes de hidratar, aplica sérums o cremas que traten problemas específicos (acné, antienvejecimiento). Aplica los productos en capas: primero los más ligeros (sérums) y luego los más densos (cremas).
3. Mascarillas: Utiliza mascarillas semanalmente o cuando sea necesario para proporcionar un tratamiento intensivo a diversos problemas como el acné, la sequedad o las manchas oscuras. Estos productos suelen secarse sobre la piel, eliminando las impurezas y aportando humectación.
4. Mascarillas de tejido: Usa mascarillas de tejido para una dosis concentrada de sérum semanalmente o según las indicaciones. Crean un efecto oclusivo que facilita la penetración profunda de los ingredientes; lo ideal es usarlas por la noche, seguidas de una crema humectante.
5. Aguas limpiadoras: Estos limpiadores sin enjuague eliminan eficazmente el maquillaje y las impurezas, por lo que son adecuados para todo tipo de piel.
6. Tratamientos para manchas oscuras: Trata las manchas oscuras con sérums, mascarillas o cremas especializados que puedes usar como parte de tu rutina nocturna o como tratamientos semanales.
Una rutina de cuidado de la piel constante y eficaz produce mejoras notables y a largo plazo en la salud y el aspecto de tu piel.