7 ingredientes que debes buscar en tu próxima mascarilla

Las mascarillas capilares son tratamientos de acondicionamiento profundo repletos de aceites, mantecas y humectantes para revitalizar y nutrir el cabello. Los factores estresantes diarios como el peinado con calor, los peinados apretados, la coloración y la exposición ambiental, pueden pasar factura a la salud capilar. Las mascarillas ayudan a reparar los daños existentes y a prevenir los daños futuros. Son aptas para la mayoría de los tipos de cabello, aunque las personas que tienen el cabello fino deben optar por fórmulas ligeras y centrar la aplicación en las puntas.

Aceite de coco

El aceite de coco es un ingrediente acondicionador natural altamente nutritivo que penetra en el tallo capilar con ácidos grasos de cadena media y ácido láurico. Estos ácidos aumentan el contenido de grasa, minerales y vitaminas del cabello. Es un acondicionador fantástico para todo tipo de cabello.

Aceite de argán

El aceite de argán suaviza, hidrata y protege el cabello. Rico en vitaminas, minerales y ácidos grasos, aporta lustre, brillo e hidratación a todo tipo de cabello.

Manteca de karité

La manteca de karité es rica en ácidos grasos beneficiosos como ácido esteárico, oleico y linoleico, así como vitaminas, minerales y catequinas.

Miel

La miel ofrece múltiples beneficios para el cabello. Sus propiedades antioxidantes y antibacterianas, junto con su rico contenido en vitaminas y minerales, la hacen ideal para controlar el quiebre y las puntas abiertas.

Aceite de aguacate

El aguacate es rico en componentes saludables como la vitamina E, el potasio, la lecitina y la clorofila. Este aceite ligero transforma rápidamente el cabello apagado a cabello brillante.

Té verde

El té verde está repleto de antioxidantes, vitaminas y minerales, incluyendo vitaminas B, folato, polifenoles y aminoácidos. Combina perfectamente con la manteca de karité para revitalizar el cabello.

Agua de coco

El agua de coco tiene numerosas propiedades saludables. Es una buena fuente de ácidos grasos omega-3, vitamina C, minerales como el magnesio y el potasio, enzimas y aminoácidos.